jueves, 22 de mayo de 2014

REVOLUCIONAMOS TU FORMA DE APRENDER, te enseñaremos a LEER BIEN, podrás concentrarte en cualquier ambiente, comprender la información sin problema y retenerla para que no tengas que releerla, ademas de complementar esta maravillosa habilidad haciendolo mínimo 10 veces mas rápido. Las TÉCNICAS DE ESTUDIO que ofrecemos, facilitaran el aprendizaje de otros idiomas, mejorar tu ortografía, elevar tu rendimiento escolar y/o profesional, incrementar tu VELOCIDAD DE LECTURA, permitiendo ahorrar mucho tiempo que podrás destinar a otras actividades de tu interés, ademas las TÉCNICAS DE APRENDIZAJE podrán generar habito y gusto por leer... Este programa esta guiado por psicólogas, pedagogas con amplia experiencia en el área educativa y clínica que garantizan la formación de lectores de alto rendimiento intelectual. No solo aprenderás a CÓMO LEER MÁS RÁPIDO, sino también habilidades que te permitirán tener una mejor fluidez verbal, seguridad personal, y gran capacidad de resumir y analizar fácilmente.

jueves, 15 de mayo de 2014

Técnicas para mejorar la lectura. Sin lugar a dudas, el tener una buena capacidad lectora es la mejor base para emprender el proceso de aprendizaje. Recordemos que la lectura que se realiza con el objetivo de aprender, no es igual que la lectura que hacemos cuando queremos informarnos o simplemente entretenernos (leyendo un diario o una novela, por ejemplo), en cuyo caso el que no entendamos una palabra o un párrafo completo, no tiene mucha importancia. Cuando leemos para aprender, la situación es distinta, pues tenemos necesariamente que comprender todo lo que se nos presenta en el texto. Es por esto, cuando queremos llevar a cabo un óptimo proceso de aprendizaje, debemos proponernos fortalecer la capacidad de llevar a cabo una lectura efectiva. Los aspectos de una lectura al servicio del aprendizaje son variados y entre ellos podemos destacar: 1. Contexto donde se realiza la lectura Para realizar una lectura con el fin de aprender, es decir, para estudiar, es necesario preocuparse de algunos aspectos del contexto o ambiente en que realizará dicha actividad. Por ello, antes de ponerse a estudiar hay que fijarse en lo siguiente:          La habitación que se ocupa debe estar bien ventilada y poseer una temperatura agradable (ni mucho calor ni mucho frío), sin molestias de ruidos ni otro tipo de distracciones (televisión, cuarto de juegos de los hermanos, radio, etc.).          Dentro de lo posible, la mesa de trabajo debe ser amplia, de manera que se pueda tener encima todo el material que se va a necesitar, y sin otros objetos de distracción como revistas, juegos, adornos móviles, etc.          La luz debe ser preferiblemente natural. Si no es posible, se sugiere que sea blanca o azul y que proceda del lado contrario a la mano con la que escriben (a un zurdo la luz tendrá que provenirle de la derecha).          Tanto la mesa como la silla deberán ser acordes a la altura del usuario. La silla debe ser cómoda, pero no en exceso, pues esto último le llevará a rendir menos e incluso a dejar de estudiar (con la incomodidad ocurrirá lo mismo). La silla debe tener respaldo y ser relativamente dura.          Debe cuidar mucho la postura: el tronco estirado y la espalda apoyada en el respaldo de la silla, manteniendo una distancia de unos 30 cm. del libro o apuntes. Si es posible, el texto debe estar inclinado por un atril u otro objeto, ya que esto ayuda a que la vista no se canse tan pronto.          Es muy importante estar decidido a la hora de ponerse a estudiar, no titubear e intentar mentalizarse con que ese es el trabajo que hay que hacer y que es mejor realizarlo con alegría y ánimo.          Antes de ponerse a estudiar se sugiere realizar una reflexión sobre todo lo que uno va a necesitar y colocarlo en la mesa o al alcance de la mano (diccionarios, libros de consulta, lápices, reglas, enciclopedias, etc.). 
2. Velocidad de lectura Otro aspecto importante a la hora de estudiar es la velocidad con que se lee, ya que aun cuando se tenga una excelente comprensión de lectura, esta no servirá de nada si usted no alcanza a abordar la totalidad del contenido que debe estudiar en el tiempo establecido. Para aumentar la velocidad lectora, tenemos que partir de los fundamentos de lo que es leer. Al leer nuestros ojos van moviéndose “a saltos” o fijaciones en las que se agrupan una o varias palabras. Por lo tanto, para aumentar la velocidad de lectura tenemos que tratar de realizar el menor número de fijaciones posibles en cada línea, para así en una sola fijación abarcar el mayor número de palabras posibles. Podemos ver mejor esto en un ejemplo: "Llega la exposición Cézanne./ Los que sientan la pintura,/ o entiendan algo de ella,/ la esperarán con ansia y temblor./ Hemos estado tan dejados/ de la mano de Dios/ en materia de comunicación internacional/ que este acontecimiento/nos parece un milagro. Los espacios entre barras son el grupo de palabras que un lector normal percibe de un solo golpe de vista o fijación. Teniendo claro cómo es que nuestros ojos se mueven sobre las palabras, le recomendamos practicar todo lo que pueda con textos que tenga a su alcance. Una buena alternativa para comenzar estos ejercicios para mejorar la velocidad de la lectura, es hacerlo con poesía, ya que las frases y líneas son más cortas. Otra técnica que le puede ayudar a aumentar la velocidad lectora, consiste en elegir tres páginas seguidas de un libro que le motiven y que tengan más o menos la misma cantidad de texto. La primera hoja deberá leerla a la velocidad que normalmente lo hace, pero procurando entender lo que se lee. A continuación, la segunda hoja deberá ser leída a la mayor velocidad posible, sin preocuparse por entender lo que se lee o si se salta palabras, y sin volver atrás. Por último, tendrá que leer la tercera hoja con la mayor velocidad que pueda, pero esta vez asegurándose de que entienda lo que lee y siguiendo las pautas de las que hablábamos antes (de las fijaciones) y procurar no volver atrás (uno de los mayores problemas de los lectores lentos). Al terminar de leer la tercera hoja le sugerimos anotar el tiempo que le llevó esta última lectura. Este ejercicio debe realizarlo cinco días a la semana, durante tres semanas y luego descansar un día. Si la velocidad no aumenta, repita este ejercicio o pruebe la técnica que veremos a continuación: Coloque una postal bajo la línea que lee, tratando de ir aumentando progresivamente la rapidez de la lectura y leyendo cada línea con sólo tres o cuatro fijaciones, según sea su longitud. 3. Técnicas para rescatar la información relevante Las técnicas que le ayuden a leer más rápido serán un gran apoyo, pero por supuesto que no son suficientes, pues el hecho de que un estudiante lea a gran velocidad no asegura que esté comprendiendo lo que lee. Por ello, también es importante que adquiera técnicas que le ayuden a rescatar las ideas principales contenidas en el texto. Para cumplir con este objetivo, a continuación le entregamos algunas estrategias que le podrían ayudar. a. Subrayado El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto, con el fin de que una vez terminada la lectura, al leer únicamente lo subrayado se pueda recordar el contenido global de dicho texto. Existen teorías sicológicas de la percepción humana que fundamentan esta técnica, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan. Por esto, es necesario que usted no sólo conozca esta técnica, sino que también la domine y la use. El subrayado consiste en resaltar de otro color (se recomiendan colores vivos como el rojo o verde o los colores fluorescentes, aunque cansan más) aquellas series de palabras que tienen sentido y contenido semántico propio, de modo que con una lectura posterior de lo subrayado esto tenga sentido, se entienda el texto y se vean reflejados sus datos más relevantes. Por ello, no es necesario subrayar artículos, conjunciones y preposiciones y si es conveniente subrayar sustantivos, verbos, adjetivos, fechas, nombres propios, etc. Es evidente que esta es una técnica algo difícil de llegar a dominar y que requiere mucha práctica. 
Para subrayar no se recomiendan más de dos colores y también se puede sustituir la "raya" por recuadros o corchetes para señalar párrafos enteros o frases que consideremos de capital importancia. Es aconsejable que subraye tanto sus libros (ya que están para ser trabajados y no para adornar) como sus apuntes o fotocopias. Se recomienda que el subrayado se realice durante la segunda lectura del texto que se tiene que estudiar, sin embargo, también se pueden ir señalando algunos datos o ideas principales en la primera lectura rápida. También es importante que se acostumbre a escribir notas al margen, cuando no le queden claras algunas ideas o para completar con otros datos. Estas notas son muy beneficiosas, posteriormente, ya que facilitan la comprensión y amplían los conocimientos. Como señalamos anteriormente, en la segunda lectura, reposada, comprensiva y analítica, es cuando debemos hacer estas operaciones. A continuación presentamos un ejemplo que muestra cómo se han subrayado las palabras e ideas principales de un texto cuyo tema son los romances.